Las 7 palabras de Jesús en la cruz del calvario

¿Sabes cuáles fueron las 7 palabras de Jesús en la cruz?, Entra y descubre qué fue lo él dijo, y cuál es el significado de cada una de ellas.

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La Cruz del Calvario al amanecer

Las 7 palabras de Jesús en la cruz

Durante la pasión de Cristo podemos distinguir las 7 palabras de Jesús en la cruz que nos dejan grandes enseñanzas. Realmente son siete frases que están estrechamente relacionadas con el mensaje del evangelio que Jesús predicó durante su Ministerio en la Tierra.

Durante su travesía hacia la cruz, ocurrieron eventos que llevaron a Jesús pronunciar estas siete frases. Para entender cada una de las 7 palabras de Cristo en la cruz, iremos relatando los hechos que llevaron a pronunciarla y la enseñanza que nos dejan como cristianos.

Para comprender el panorama en que se dieron los hechos para que Jesús pronunciara el sermón de las 7 palabras Viernes Santo, vamos a describir los sucesos que acontecieron para que nuestro Señor nos dejara estas grandes enseñanzas.

Contexto: La condenación de Jesucristo en la cruz

Recordemos primeramente que Jesucristo no cometió ningún delito, ni pecado (1 Pedro 2:22; 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; 1 Juan 3:5; Mateo 27:24; Juan 19:4; Juan 8:29; Isaías 53:9; 1 Pedro 1:18-19; Mateo 5:17-19). Mucho menos transgredió la Ley. De acuerdo a los escritos de Josefo y otros escribas romanos que forman parte de la historia universal, la muerte de Jesús era la de un justo. Ahora, vamos a remitirnos al contexto bíblico.

A pesar de que Jesucristo vivió en justicia y santidad el pueblo judío no le recibió (Juan 1:11-12; Lucas 19:44; Mateo 23:37). La razón por lo que los judíos no aceptaron al Señor como el Mesías, y Dios permitió que esto ocurriera, es porque alguien tenía que pagar la redención por el pecado de la humanidad (Romanos 5:12-21; 1 Corintios 15:21)

Los israelitas esperaban un Mesías con poder para acabar con la opresión del Imperio romano sobre el pueblo. No podían concebir que aquel manso y humilde fuera el Mesías prometido, en sus mentes no comprendieron que el Mesías debía sufrir como estaba profetizado en el libro de Isaías (Isaías 53)

La Biblia nos dice que el Señor era el Cordero del Mundo que lavaría nuestro pecado. Otra razón que explica por qué los judíos no aceptaron al Mesías se remonta al Pacto que Dios había hecho con Abraham. El plan de salvación, a través del rechazo del pueblo de Israel al Mesías, abrió las puertas para que los gentiles ingresáramos al plan de salvación cumpliendo así la promesa a Abraham de que todas las naciones serían bendecidas (Génesis 22:18; Efesios 2:11-14; Romanos 11:24-25; 11:30-35).

Esto endureció el corazón del pueblo de Israel y llevaron a nuestro Señor a la cruz del calvario. Durante el padecimiento de su condena a la muerte, Jesús pronunció las 7 palabras de Cristo en la cruz.

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La Cruz del Calvario, lugar donde fue crucificado Jesucristo

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

Como hemos advertido, el pueblo judío no comprendió que estaban crucificando al Mesías que tanto anhelaban. Leamos, un poco sobre los hechos que acontecieron para que el Señor clamara por el perdón hacia a aquellos que los persiguieron y lo crucificaron.

Para efectos de este artículo, y con el fin de que usted se pueda hacer un cuadro sobre la pasión de Cristo y el pronunciamiento de estas palabras, hemos seleccionado diversos textos bíblicos que nos permiten imaginar estos sucesos. Leamos.

Mateo 27:31-32

31 Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz.

Marcos 15:22

22 Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.

Lucas 23:26-31

26 Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.

27 Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él.

28 Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.

29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.

30 Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.

31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?

Mateo 27:35

35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.

Juan 19:19

19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.

Marcos 15:33

33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena

Lucas 23:39-40

39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

El Cordero de Dios, guardó silencio, tal como fue profetizado en el Antiguo Testamento por los profetas (Isaías 53:1-7). En estas escenas por fin abrió su boca para pronunciar las 7 palabras de Cristo en la cruz.

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Como cristianos, la Cruz del Calvario es a donde tenemos que llegar para renovar nuestros corazones

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

Durante el Ministerio de Jesús en la Tierra, el Señor predicó el mandamiento de amar al prójimo y del perdón a nuestros enemigos (Mateo 5:43-44; Lucas 23:34). En este momento cumbre de la vida de Jesús, Él respondió ante aquella gran afrenta conforme a lo que Él había predicado.

Vemos como Él pone en práctica su doctrina del perdón a sus enemigos y perseguidos. Entonces pronuncia la primera de las 7 palabras de Cristo en la cruz clamando:

Lucas 23:34

34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

Esta frase nos hace pensar sobre la capacidad que tenemos para perdonar a quienes nos hacen daño, persiguen. El cristiano debe pedir perdón, así como saber perdonar. El perdón es una herramienta fundamental de los cristianos. Perdonar significa literalmente dejar pasar. No significa que lo que hagamos no traiga consecuencias.

Dios cuando ve nuestro corazón contristo y humillado Él nos perdona. Deja pasar nuestras faltas y las arroja al fondo del mar. No obstante, así como  hizo con David, sus actos trajeron graves consecuencias.

Hablamos también de la acción de nosotros perdonar al prójimos. Un verdadero cristiano sabe que el perdón no es una emoción o sentimiento, es una decisión. Perdonar muchas veces requiere de la intervención de Dios. Por ello, los cristianos que nos esforzamos por ser hacer la voluntad de Dios debemos tratar que no nos gobierne el odio o el rencor (Mateo 6:12-15; marcos 11:26).

Elegir, es acercarse a Dios y pedir fuerzas para perdonar. El perdón es el arma más poderosa de del cristiano.

Jesús predicó el perdón como una doctrina en la vida del cristiano

De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso

Mientras Jesús padecía los dolores que le producía las transgresiones que sufrió su cuerpo, la humillación, burla de los presente ante aquel dantesco crimen, Jesús tuvo tiempo para mostrar compasión por los que sufren.

Asimismo, el Señor mostró su divinidad, pues sólo Dios es capaz de llevar a un alma al Reino de los Cielos (Juan 4:16). En este momento podemos  observar como aquel criminal se arrepintió y mostró temor a Dios.

Aquí una vez más el Señor responde conforme a los que había predicado en el sermón del monte sobre las bienaventuranzas de los misericordiosos (Lucas 23:39-40).

Otra de las enseñanzas que nos muestra Jesús es que la salvación es por la fe. Este malhechor no tuvo tiempo de bautizarse, de estudiar doctrina, ni hacer buenas obras. Sin embargo, alcanzó la Gracia y la Misericordia de Dios en aquel momento.

Finalmente, la otra enseñanza es que el alma de la persona que muere tiene su destino inmediatamente. Si morimos bajo la Gracia, el Señor dice que iremos inmediatamente al Paraíso; por el contrario la Biblia dice que el alma en pecado va al infierno.

En ningún momento el Señor dice que el alma duerme o que debe pasar por un proceso de purgación del pecado (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23) Estas son doctrinas falsas. Jesús le dijo al malhechor arrepentido HOY estarás conmigo en el Paraíso.

Un pecador que se arrepiente, pide perdón por sus pecados a los pies de Cristo es una alma salvada. ¿Te has arrepentido de tus pecados? ¿Has reconocido a Jesús como Dios y Salvador? Es tu momento de arrepentirte y alcanzar la Gracia de Dios.

versículo bíblico

Mujer, he ahí tu hijo. He ahí a tu madre

Una vez más Jesús muestra misericordia, ahora es por su madre, quien sufría en su corazón la cercanía de la muerte de su Hijo. Jesús, a pesar de su padecimiento tuvo tiempo para dejar al cuidado de su madre a uno de sus discípulos. Leamos el pasaje bíblico.

Juan 16:27-29

26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Jesús al momento de la cruz cumplía con el mandamiento de Dios de honrar a su madre (Éxodo 20:12; Deuteronomio 5:16; Efesios 6:2-4). Sabía que el dolor de su madre sería terrible. El verdadero amor se demuestra con buenas acciones, por lo tanto, Jesús antes de partir se aseguró que su madre estaría cuidada.

En este punto, el cristiano debe obtener entre las 7 palabras de Cristo en la cruz, la importancia que Jesús le dio al momento de su crucifixión la honra a su madre. Entonces, la enseñanza es que el verdadero cristiano debe cuidar, proteger, proveer, amar a sus padres. No solamente a los padres, sino a la familia. Si quieres conocer más sobre la palabra de Dios, te invitamos a que ingreses en el siguiente enlace para que te sigas bendiciendo Cuáles son las 3573 promesas de la Biblia

De igual manera te dejamos el siguiente vídeo que nos da una explicación detallada de cada una de las siete palabras que nos dio Jesús en la Cruz del Calvario

Dios, Dios por qué me has abandonado

En este punto debemos recordar que Jesús tenía dos naturalezas (Mateo 9:2; Lucas 7:48). La divina, Dios hecho carne (Juan 1:1) y la humana (Juan 14:28). Afirmar que el Padre abandonó al Hijo es sostener que la Trinidad se rompió y no es así.

Dios es Santo, de eso no hay dudas. El Padre en el momento de la cruz abandona a la persona humana que cargaba con los pecados del mundo, con tus pecados y mis pecados (2 Corintios 5:21). La persona divina de Jesús no podía contaminarse, ni cargar con el pecado porque Dios es Santo. Era la persona humana quien carga con el pecado del mundo (Isaías 53:6).

La persona humana reconoce que el Padre es su Dios. En ese momento en que Jesús clama ¡Dios, Dios mío! (Mateo 27: 46; Marcos 15:34) reconoce al Padre como Dios. Es la persona humana quien clama. Ahora bien, Dios derrama su ira sobre Jesús para que usted que me lee y yo podamos ser salvo en el sacrificio y derramamiento de la Sangre de Jesús.

Mateo 27:46

46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

El Padre abandona la persona de Jesús porque Él no habita en el pecado, sino en la santidad y en la alabanza de su pueblo (Salmos 22:3; Juan 17:11; Santiago 1:13; 1 Juan 1: 5; 1 Pedro 1:16; Isaías 57:15; 6:3; Apocalipsis 4:8).

Es la primera vez que Jesús se aparta de la presencia de Dios. Recordemos que durante la eternidad tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han estado juntos. Por primera vez, Jesús (humanidad) experimenta estar solo sin la presencia de Dios (Salmos 22).

Esta es una de las enseñanzas tremendas de una de las 7 palabras de Jesús en la cruz, pues nos lleva a pensar ¿Cuánto pecado seguimos agregando a esa cruz? ¿Realmente vivimos una vida sana? ¿Hacemos la voluntad de Dios? Recordemos que el pecado nos separa de Dios (Romanos 8:3; Isaías 59:2)

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La persona humana de Jesús reconoce que Dios es un Dios Santo

Tengo sed

A causa de las torturas a que fue sometido el Señor, perdió muchos líquidos corporales, la cantidad de sangre que iba derramando su cuerpo, hizo que se deshidratara. Sintió mucha sed y es cuando dice una de las 7 palabras de Jesús en la cruz (Hebreos 12:2)

Juan 19:28-29

28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.

29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.

Esta frase dio cumplimiento a la profecía establecida en el Salmos 22:15. Nuestro Señor sufrió la cruz.

Estas palabras nos recuerdan aquellos que padecen hambre y sed de justicia. Una vez más recordamos las enseñanzas de Jesús sobre las bienaventuranzas de aquellos que sufren.

Consumado es

La Palabra de Dios nos describe que cuando tomó de aquel vinagre dijo otra de las 7 palabras de Jesús en la cruz, de la siguiente manera:

Juan 19:30

30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Lo que Jesús nos estaba diciendo con esta frase es que no hay nada más que agregarle al sacrificio, ni a la obra redentora de la cruz. Se ha terminado la obra en ese momento, estaba perfectamente terminada (Filipenses 1:6; Hebreos 10:19-20; Mateo 27:51-53; 1 Tesalonicenses 4:16; Mateo 27:54)

Una de las siete palabras que dijo Jesús en la Cruz del Calvario

En tus manos encomiendo mi espíritu

Jesús tenía total control de la obra redentora. Jesús entregó su vida por amor (Juan 10:18; Mateo 16:18; 18:17) decir que los romanos asesinaron a Jesús, no se ajusta a la verdad espiritual. Lo que realmente sucedió en la cruz es que el señor entregó su vida para redimir del pecado y de la muerte eterna a aquellos que por fe le creemos.

La redención había sido hecha ya. El Padre que le había dado la espalda ya volvía hacer su Padre. Esto nos enseña que debemos de confiar en Dios. Él no abandona a sus hijos. (Salmos 31:1-5)

Lucas 23:46

46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.

Esta frase nos enseña que Jesús tenía el control de su muerte y es Él quien entrega el espíritu (Colosenses 2:13-15)

Los soldados romanos quienes eran gentiles, creyeron que Jesús era el Hijo de Dios, mientras los judíos no creyeron. No hay nada que puedas hacer para garantizar tu salvación.

Si Jesucristo no hubiera muerto en aquella cruz, ni tú, ni yo hubiéramos tenido esperanza de Salvación. Es por ello a que te invito al arrepentimiento, a clamar por el Señor Jesús quien ocupó nuestro lugar en esa cruz.


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